La vida útil de un cuarto frio podría ser de uno a tres años en el peor de los casos, pero puede aumentar su longevidad en la medida en que invierta en un sistema regulado de energía eléctrica, puesta a tierra y protección contra rayos, un plan de mantenimiento preventivo programado, una utilización dentro del estándar de diseño, un sistema de aireación y protección climática adecuado, repuestos o materiales de primera calidad y soporte técnico certificado. Atendiendo concienzuda y oportunamente estos factores, su equipo podría alcanzar tiempos de servicio hasta de 20 años o más.